La sensación es inevitable, mismo para quién, como reportero, conoce el palacio hace casi 50 años: Niemeyer concibió el nuevo Itamaraty para el suelo y el paisaje de nuestro sorprendente milenio, para el suelo y el paisaje de otra y sorprendente nación, la de los brasileños de hoy. El pasillo amplio de acceso es el vestíbulo del nuevo milenio y de la nueva conciencia de mundo y de nosotros mismos, en este inquieto planeta, a cada día menor en su ubiquidad, a cada día mayor en la duda cuanto a su propia sobrevivencia.
Del nuevo Itamaraty son ausentes las columnas muy viejas y la arquitectura rectilínea del viejo Itamaraty, en el cual paseaba la nobleza del barón de Río Branco. Las curvas de Niemeyer y la claridad de los pasillos, con la invasión de la luz de Brasilia, corresponden a lo que somos, mientras que los cisnes envejecidos, bajo la sombra de las palmas del viejo palacio carioca*, recuerdan lo que fuimos.
Las aguas, mas livianas, del Planalto*, son otras, otras, mas próximas del suelo, las plantas que adornan sus jardines. Otro, está claro, el canciller, aliviado de la obesidad de su poderoso antecesor, puesto que sometido a un agotador régimen de viajes, con el sueño conturbado por los husos horarios.
Celso Amorim es, en todos sus gestos y palabras, el menos solemne de todos los cancilleres conocidos. Ninguno otro podría ser el jefe de la diplomacia con Lula en la presidencia, ni con Itamar – mismo incluidos a los “paisanos”, es decir, a los ministros políticos, no de carrera, que, en algunos casos, se esfuerzan para adquirir caricatural “physique du rôle”.
Amorim, el discutido presidente de Embrafilme, la empresa estatal brasileña que patrocino, en el final del régimen militar, la producción de “Pra frente Brasil”, película denunciando la tortura, no obtendría ciertamente el mismo desempeño con un presidente venido de las viejas familias del imperio, o de las nuevas familias de inmigrantes enriquecidos de São Paulo.
La actualidad determina la pauta de nuestro coloquio: ¿que perspectivas hay, en el caso iraniano? Amorim se mueve entre la precaución profesional y el orgullo natural de la acción positiva brasileña en el mundo actual. Confiesa, de inicio, que no tenía mucha convicción de que hubiera gran posibilidad de acuerdo entre los Estados Unidos y Iran, pero, de la misma forma, sabia que era preciso intentar de todo, para obtener alguna cosa.
- Siempre fuimos bien tratados, tanto de la parte del presidente (de los E.E.U.U.) Obama, cuánto de la parte de la secretaria (de estado) Hilary Clinton. Puedo decir que no habían divergencias cuánto al resultado pretendido, que era el de obtener garantía de que Iran solo iria usar la tecnologia nuclear para fines pacíficos pero los medios no parecían los mismos. Creímos, y seguimos creyendo, en la persuasión, en el convencimiento, en el coloquio amistoso, en la sinceridad de nuestras intenciones. Ellos, sin embargo, se demostraban muy escépticos cuánto a la posibilidad de que Iran viniera a aceptar las condiciones que se habían propuesto en el pasado mes de octubre.
Creo que se mostraron sorprendidos con el resultado. Es probable que ellos no esperaban la aprobación de Iran a los esfuerzos de Turquía y Brasil, que actuaron como países soberanos, interesados en la paz. Les gustaria haber iniciado el proceso de castigo antes de nuestros acuerdos - y contestaron con la decisión de la secretaria de Estado de proponer las sanciones a las llamadas grandes potencias.
Yo me atrevo a observar que hay una diferencia doctrinal, quizás, entre el Presidente y su competidora a las elecciones primarias por el Partido Demócrata, y que, ciertamente, Obama no piensa exactamente como su secretaria de Estado, que busca afirmarse en la sección derecha de su partido en el Congreso. Amorim sonríe con suave malicia. Sabe que yo no espero la contribución de su juicio, puesto que, cualquiera que sea, sería diplomáticamente inoportuna. ¿Y, ahora, lo que se producirá? – lo llevo a reanudar su pensamiento. Amorim es optimista. Cree que los otros miembros del Consejo de Seguridad - sobre todo China y Rusia - pueden estar de acuerdo con la idea, pero probablemente no aceptaran el contenido de la Resolución propuesta por Washington.
En este momento, Amorim se disculpa, delante de una señal de un asesor que llega a la puerta. Debe contestar una llamada de su colega turco, con quien estuviera hablando por teléfono antes de nuestra entrevista. No bien ha retornado a Brasil, y está en contacto permanente con Teherán y Ancara. De Teherán tuvo la promesa de que la carta, dirigida a la ONU, reiterando los términos del acuerdo, que el Gobierno Ahmadinejad prometió enviar hasta lunes, se escribe con cuidado - y se enviará a tiempo.
- Esas cosas toman tiempo, recomiendan la ponderación, reclaman consultas. En diplomacia, tiempo y paciencia caminan juntos. Añade que, poco a poco, los norteamericanos y los europeos van a comprender la necesidad de precaución. Eso, repite, consolida su optimismo, el mismo optimismo de Lula. Recuerda que ya se perciben señales de prudencia, por parte de los miembros permanentes del Consejo, y con derecho a veto.
Comento con el canciller nota publicada por New York Times - que, como su editorial, interpretaba los hechos a favor de la Señora Clinton - y la reacción sorprendente de los comentarios de los lectores. Hasta donde yo había leído (más o menos dos tercios de casi 300 intervenciones) no había ni un solo lector que aprobaba la posición del Departamento de Estado. Todos apoyaban - y muchos en términos duros - los esfuerzos de Brasil y Turquía para desatar, y no cortar, como parecen pretender los alexandres del Complejo Industrial Militar de los Estados Unidos, el nudo gordiano iraní. Amorim no los había leído, pidió a la asistente que se conectara con la pagina; se ha reído, feliz, para ilustrar el superlativo: interesantísimo.
Observo que podemos ver, en el episodio, la situación de Estados Unidos en el mundo, ahora. El Ministro comenta que hay varios artículos, escritos por observadores respetables, sobre la resistencia de Washington - y sus aliados – a la entrada de nuevos poderes, nuevos países, en el juego internacional.
- Hasta hace poco ellos nos invitaban para hablar sobre clima. En la OMC (Organizacion Mundial de Comercio) fueron constreñidos a oírnos. Pero consideraban que temas de paz y seguridad entre naciones eran cosas para ellos solamente. Así, pues, cuando Brasil y Turquía entran en juego, es natural que reaccionen. La tentativa, mismo que sea simbólica, de Turquía y Brasil actuaren de manera diferente, sugiere que la arquitectura de seguridad internacional, apoyada por algunas auto-designadas fuerzas y países, no puede mantenerse por mucho tiempo.
- Intervengo para recordar que los Estados Unidos oscilaron, en su Historia, entre los postulados de Hamilton y Jefferson. Y cuando la orgullosa aristocracia de la Nueva Inglaterra se enfrenta a la elección de un mestizo, con el apodo Hussein, hay señales claras de que algo cambió realmente en ese país. El canciller resume en una frase corta: fue un cambio para mejor, pero seguramente no lo habrá sido para parcela de sus elites.
- Hay sectores de la sociedad norte-americana que, ante un Presidente con esas marcas biográficas, de el cobran una posición más dura, una demostración de fuerza. Lo veo como un hombre propenso al diálogo. Pero, sin duda alguna, enfrenta a dificultades.
Lo provoco, recordando algunas críticas que se hacen a la diplomacia brasileña: no despreciaríamos la prioridad de la ¿alianza continental sudamericana, en favor de una intervención en el Oriente Medio?
- No, de manera alguna. Brasil no puede desinteresarse de los temas que afectan la paz mundial. Cuando nuestros países, Turquía y Brasil, han sido elegidos para el Consejo de Seguridad, quedó claro que esta elección nos a cargado con la responsabilidad de ocuparse de la paz, en nombre de la comunidad internacional, y no solamente en nombre de nuetsros propios países o de una determinada región. No hay tema que más afecta la seguridad internacional que Oriente Medio. En algún momento, y con razón, yo veía en Palestina un peligro mayor, pero, a esta hora, la cuestión nuclear de Iran es más urgente. Teniendo la posibilidad de actuar, de manera positiva, con un país de la región, que es Turquía - lo que fue una buena combinación - Brasil pretendió trabajar en busca de una solución pacífica, como es de su deber. Eso no huye a nuestra vocación. Después de todo, cuando participamos de la Segunda Guerra Mundial, lo hicimos en defensa de la democracia. En el caso actual, no se trata de guerra sino de la paz.
Ante las críticas, algunas acerbas, que algunos de los conductores de la diplomacia brasileña, durante el último Gobierno, dirigen al Itamaraty de hoy, me permito decir que actúan como los "generales de pijama" (que se quedan en casa hablando mal de la democracia). Habría una categoría de ¿“embajadores de pijama”? Amorim se desconcierta un poco con la pregunta y, antes de responder con la elegancia que falta a algunos de sus adversarios, se permite una broma: los pijamas de esos embajadores deben, ciertamente, ser Versace. Le pregunto si ese grupo de diplomáticos actúa así en razón de haber perdido la posición eminente que tenia en el Itamaraty de Fernando Henrique Cardoso, o si hay algo ideológico más profundo. - En primer lugar - dice Amorim - yo doy mucha importancia a la libertad de expresión, y encuentro perfectamente válido que cada uno emita su dictamen. Tanbien creo que no sea por simple coincidencia que algunos medios de comunicación busquen entrevistar siempre a los mismos embajadores que presentan esas posiciones. Ya he leido muchas otras manifestaciones diferentes, de otros diplomáticos y de sectores de nuestra sociedad que no encuentran la misma acogida en estas agencias y periódicos, tan solícitos a los críticos de nuestra política externa. Prefiero no ver, en eso, la manifestación de quien a dejado el poder. En verdad, todos tenemos como misión defender Brasil y defender algunas ideas importantes en las relaciones internacionales. Encuentro, sin embargo, que algunas personas tienen dificultad a se adaptar a un nuevo tiempo. Brasil crece muy rápidamente en el mundo, principalmente debido al resultado alcanzado por el Presidente Lula, conciliando buena economía y justicia social - y tambien, esta claro, por su actuación internacional. Como el cambio fue muy repentino, la cabeza de muchos no se acostumbró aún. Por eso, mismo aceptando los que critican de buena fe, siempre hay bquien actúe con la preocupación de que “no podemos combatir tal potencia”. Cuando trabajamos en Cancún, en el caso de la OMC, o en la divergencia sobre la ALCA, muchos han dicho: ¿“Pero como, gente, vamos a luchar contra Estados Unidos? ”
El Ministro cita la era Bush: - Sin embargo, incluso al tiempo de Bush, las relaciones entre Lula y el Presidente texano eran buenas. Trabajamos juntos, con éxito, en varios programas. Lo que queda claro es que, en estos temas delicados de paz y seguridad, las cosas son más difíciles, toman más tiempo, pero los Estados Unidos irán a comprender que la participación mas activa de Brasil no se hace contra los intereses de ellos, porque ya pasó el tiempo en que un solo país puede dominar el mundo. Tendremos que convivir con una Gobernanza realmente multipolar. De la misma manera que, para muchos países es difícil aceptar este cambio, es posible que personas que militaron durante mucho años en una situación diferente tengan dificultad para aceptar que Brasil no solo puede hoy actuar con independencia, y defender sus intereses, como puede hacerlo al mismo tiempo en que contribuye para el orden global. El hecho es que la emersion del BRIC asustó un poco. Como dice la jerga norte-americana, hay “new kids on the block”.
Recuerdo el discurso de unción de Celso Amorim como canciller del Presidente Lula. En esa ocasión, recomendó a los jóvenes diplomáticos que no tuvieran miedo, ni arrogancia. La posición de Itamaraty, ¿hoy, puede considerar-se de Realpolitik? Amorim acepta la expresión bismarquiana, en la medida en que Itamaraty actúa de acuerdo con la dimensión de la realidad mundial. Reflexiona, sin embargo, que, mismo no actuando en el vacío, la posición brasileña es fundada en positivo idealismo humanista.
- Creo que nosotros no podemos desplazarnos en una política determinada por el interés puro y crudo. Esta posición no me entusiasma, ni al Presidente. La política que reune nuestro interés como nación y nuestros ideales humanistas es la de la solidaridad, y ella nos esta aportando mayor reconocimiento en los foros internacionales. Actuamos en el sentido de la universalidad, lo que nos lleva tanto a las grandes naciones europeas, como nos permite recibir en Brasília Ministros de 50 Naciones africanas, con el fin de discutir los problemas de la agricultura. Vamos a Israel, vamos a Jordania, vamos a Palestina y a Iran, porque nosotros no tenemos una posición de preconcepto.
Asumo el riesgo de decir que esta política brasileña, de respeto a la igualdad entre las naciones, fue enunciada por Ruy Barbosa* en La Haya. Amorim no solo esta de acuerdo, como considera a Ruy Barbosa el padre de la diplomacia multilateral brasileña, de la misma manera que Río Branco* fue el padre de la diplomacia bilateral.
De muchas otras cosas - y algunas importantes - habló el canciller, pero todas en la misma linea de raciocinio. Brasil creció mucho, el mundo cambió mucho, y es necesario enfrentar los problemas sin miedo, pero sin las baladronadas de adolescencia. Entre los cambios se encuentra la instantaneidad de información, que estimula la transformación de las personas pasivas en ciudadanos operativos, como se ve en todo el mundo. Nuestra autonomía de acción es un camino del cual no podremos volver, a menos que estuviéramos dispuestos a ponernos de rodillas, después de haber decidido caminar con la cabeza alta.
El caso de Iran es emblemático, porque su solución contribuirá a la consolidación de una nueva orden mundial, con el fortalecimiento de las Naciones Unidas y el fin de los dictados imperiales de las grandes potencias. En cualquier caso, la vigilancia en la defensa del acuerdo entre las naciones - es lo que podemos resumir de sus ideas - tendrá que mantenerse, y a cada día más, porque la paz es siempre una provisoria conquista de la razón política.
*carioca - que se refiere a Rio de Janeiro.
*Planalto -que se refiere al Planalto Central de Brasil, o sea, a Brasilia, que sucedió a Rio de Janeiro como Capital Federal.
*Ruy Barbosa - Periodista, Jurista y Diplomatico brasileño, representante de Brasil en la Segunda Conferencia Internacional de la Paz, en La Haya, 1907 y, en el final de su vida, Juez de la Corte Internacional de Haya.
*Barão do Rio Branco - Diplomatico brasileño, Canciller de 1902 a 1912.
Traduccion de Alberto Morales.